Durante casi una semana, del 22 al 26 de abril, nuestro alumnado, acompañado por profesorado del centro y por una monitora, Jessica (obrigado por acompañarlos), ya que entre quienes finalizan sus estudios con nosotros se encuentran Juan Antonio y María José, integrantes del aula específica, han podido disfrutar de una experiencia increíble en Portugal. Cultura, aventura, contacto con la naturaleza... las posibilidades del país vecino son infinitas.
En el segundo día, Lisboa fue la protagonista esencial del itinerario: por la mañana, visita a los lugares más emblemáticos de la ciudad, con guía incluido, como la Catedral, la Plaza del Rocío, la Plaza de los Restauradores con su obelisco, la Plaza del Comercio, el Bairro de Belém, el Monasterio de los Jerónimos... Por la tarde, visita al Oceanario de la capital lisboeta, el mayor acuario interior de Europa, construido para la Exposición Especializada del 98. Rodeado de agua, simula un puerto flotante y se encuentra en la zona más futurista de la ciudad.
La aventura y la naturaleza dominaron la tercera jornada. Por la mañana, en el Vale do Tejo, el kart, la orientación y otras actividades lúdico-deportivas hicieron las delicias de nuestro alumnado y, por qué no, de uno de los profesores acompañantes, amante del deporte y la aventura: Luisma Aparicio. Por la tarde, visita a las Grutas de Moeda, descubiertas casualmente en 1971 y que se conservan prácticamente originales.
Dado que entre el profesorado acompañante se encontraba Irene Yébenes, amante del Carnaval e integrante de una chirigota que recorre las calles de Sevilla con su espíritu rebelde, inconformista, de denuncia y concienciación social, durante esa noche tuvo lugar una fiesta de disfraces nocturna que mejoró, aún más si cabe, el distendido ambiente.
Mafra, punto emblemático del barroco portugués, como el Palacio Nacional, y Óbidos, con su muralla fortificada, fueron los enclaves visitados en la cuarta jornada, mezcla de culturas y épocas, que dotan de una gran riqueza cultural y artística a Portugal.
Para el último día, Sintra, Cascais y Estoril constituían destinos muy atractivos para completar ka oferta cultural. La primera, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, repleta de palacios y quintas, como el Palacio Nacional de Sintra o Palacio da Vila, o la Quinta da Regaleira. En Estoril, un paseo por la playa y una foto obligada en su famoso Casino no podían faltar. Y, para finalizar la jornada, la villa de Cascais y su bahía.
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